El reciente apagón cibernético estimado por Microsoft afectó a 8,5 millones de dispositivos a nivel mundial, lo que representa aproximadamente el 1% de todos los dispositivos que utilizan su sistema. Este incidente, el mayor apagón cibernético del mundo, interrumpió operaciones en varios sectores económicos, subrayando la vulnerabilidad y la dependencia global de los sistemas operativos. Originado por una actualización automática del software de seguridad de CrowdStrike para Windows, el apagón resaltó la necesidad de pruebas exhaustivas y planes de contingencia robustos. CrowdStrike desarrolló soluciones específicas y colaboró con Amazon Web Services y Google Cloud Platform para fortalecer la resiliencia ante futuros incidentes. En Latinoamérica, ciberdelincuentes aprovecharon la situación para distribuir un archivo malicioso, afectando la ciberseguridad. A pesar del impacto global en sectores como transporte, salud y finanzas, Salesforce permaneció operativo, destacando la importancia de la resiliencia e independencia de su infraestructura. Este incidente resalta la importancia de la ciberseguridad y la vigilancia constante en un mundo digitalmente dependiente.