Como han aprendido más de unas pocas organizaciones (con demasiada frecuencia por las malas), hay muchas cosas que pueden salir mal con la migración a la nube. Sin embargo, si hay un hilo común, es que la incompatibilidad de software, los enlaces de datos rotos, los problemas de licencia, las fallas de seguridad y otros problemas a menudo giran en torno a problemas de identidad.

Sin las integraciones correctas entre activos y recursos, desde controladores y proveedores de identidad hasta aplicaciones y formatos de datos, es casi imposible migrar datos, aplicaciones, identidades y sistemas de manera eficiente. Además, la ciberseguridad y el cumplimiento normativo se vuelven mucho más complicados.